La cantante nacional de destacada trayectoria se refiere al costo familiar y emotivo de seguir el sueño de toda su vida, al tiempo que hace un llamado para que sean las propias mujeres quienes apoyen a las artistas chilenas.
Con un poco más de 25 años dedicados a la música de manera más undergroud en la VIII Región, la cantante Mayla se alza como una de las voces con mayor proyección de la escena nacional. Exponente del estilo “Texmex”, que mezcla lo tropical con la balada, se ha abierto camino en un área donde predominan los intérpretes varones, situación que más que limitarla la insta a continuar trabajando por sus objetivos.
En la música comenzó con sólo 16 años, cuando luego de participar en un festival de su colegio, es invitada a participar como vocalista en una sonora. De ahí en adelante el trabajo no paró y además de dedicar los fines de semana a la música tropical, cantaba de lunes a jueves en un piano bar de un hotel en Concepción. La muerte de sus padres, cuando Mayla tenía 19 años, hizo que se alejara de la música durante algunos años, y fue su marido, productor y fan número uno, quien la instó a retomar su carrera.
En esta nueva etapa, grabó el disco “Madrugadas”, donde participó el reconocido productor musical Juan Carlos Duque. Aunque tuvo cierta repercusión, con este proyecto no logró el despegue definitivo, por lo que volvió a la carga con “Mientes” el single que lanzó en marzo de este año. El éxito de este tema escrito y producido por Pablo Castro, ex integrante del dúo La Sociedad, hizo que al poco tiempo lanzara “No quería enamorarme”, junto a Leo Rey, y hace sólo unas semanas “No me arrepiento”, su último trabajo.
“Con mis últimos singles he tenido gran llegada en las radios de provincia, sin embargo en las emisoras grandes a nivel nacional la historia es diferente, ya que no creen que una mujer pueda dedicarse a la música tropical, debido a que es un ambiente muy machista. De hecho, en una ocasión me dijeron que pensara bien si quería dedicarme a esto”, confiesa Mayla. Sin embargo, el apoyo de su familia y las ganas de sacar adelante su proyecto la han hecho perseverar en este sueño.
Sobre los otros obstáculos en su carrera, señala que lo que más le cuesta son los viajes, “Santiago es Chile y dejar a mis hijos (de 7 y 4 años) me genera dolor, pero al mismo tiempo sé que es una satisfacción y alegría con las que les enseño que debemos luchar por lo que queremos”, agrega.
Mayla estudio pedagogía general básica y psicopedagogía, sin embargo su amor por la música la ha hecho avanzar creyendo en sus sueños y entregando un mensaje siempre positivo hacia el empoderamiento de la mujer y la aceptación de sus decisiones, sacando siempre lo mejor de cada situación. En esta línea, es que insta a que sean las propias féminas las mayores fans de las artistas chilenas, “en un medio tan adverso y carente de oportunidades, es necesario que apoyemos las propuestas femeninas, sobre todo en donde faltan exponentes, la música tropical está lleno de referentes masculinos y como en todo orden de cosas, sería bueno que las oportunidades se dieran para todos por igual”, concluye.